Cuando el momento es TODO lo que importa Y el reloj se convierte en testigo SILENCIOSO.

No me interesa vender tiempo.
Lo que ofrezco es una vivencia.
Un paréntesis donde la rutina se diluye y emerge algo diferente. Íntimo. Real.

Cuando decido compartir mi presencia, lo hago desde la elección. No hay fórmulas ni guiones, porque cada encuentro se construye a partir de la energía que surge entre dos personas que se permiten simplemente ser.

A veces nos encontramos frente a una copa, en la esquina tranquila de un restaurante elegante.
Otras, caminamos sin rumbo por calles que parecen inventadas para la complicidad.
Y otras, el silencio basta… porque lo importante ya está ocurriendo.

Lo mío no es representar un papel.
Es habitar el momento con atención, sutileza y esa mezcla de misterio y cercanía que transforma lo cotidiano en algo que se recuerda.

Me buscan quienes no necesitan explicaciones.
Hombres que valoran el detalle, el ritmo lento, el arte de provocar con una mirada.
Porque saben que lo verdaderamente atractivo no grita: susurra.

Si estás aquí, quizás ya intuyes que el verdadero lujo no se mide en cosas… sino en sensaciones.

Isabella Diaz con lencería negra y tacones sentada en una silla moderna Barcelona en un estudio con fondo oscuro.

NORMAS de cortesía

PORQUE EL DESEO TAMBIÉN SE CULTIVA CON RESPETO, ELEGANCIA Y BUEN GUSTO.

• Trabajo exclusivamente con cita previa. Me gusta cuidar cada encuentro, y mi tiempo es tan exclusivo como mi atención.
• Para confirmar una cita, solicito una reserva anticipada del 20%. El resto se entrega al inicio del encuentro.
• Solo me desplazo a hoteles. Los costes de transporte, en caso de haberlos, serán asumidos por el cliente.
• Para citas fuera de Barcelona, la duración mínima es de 4 horas. En caso de pernocta, será necesario cubrir también el transporte y el alojamiento.
• No mantengo contacto físico ni emocional con quien no respete los acuerdos, los tiempos o mi forma de trabajar. La educación no es negociable.